lunes, 12 de julio de 2010

DÍA DEL POLLO A LA BRASA (pronombres I)


La historia de la creación del pollo a la brasa se remonta a los primeros días del mes de enero de 1950, hace 60 años, en la hacienda Santa Clara en Chaclacayo, donde Roger Schuler un ciudadano suizo que había llegado al Perú con la intención de hacer inversiones hoteleras, se deleitaba viendo como su cocinera ensartaba de lado a lado con una barra de fierro de un metro de largo, unos “pollos bebé”, de menos de 1 kilogramo, para luego hacerlos girar manualmente sobre la brasa de leña.
Roger Schuler se interesó en este nuevo sabor obtenido con el pollo, y decidió investigar más sobre cómo lograr un sabor único y un proceso de producción que pudiera darle impulso de negocio rentable. Así, el 5 de febrero de ese mismo año Roger buscó a su amigo y compatriota Franz Ulrich, un experto en metal mecánica y le pidió que le construya un horno con características especiales... le pidió que sea capaz de hacer girar unas barras de fierro que cargarían el peso de 8 pollos bebés de un kilo cada uno aproximadamente... este invento fue llamado el “rotombo”.
El horno fue instalado en casa de Roger Schuler, quien además ya había ensayado junto a su cocinera diversas recetas que hicieran único el sabor del pollo, así montó un improvisado restaurante al que llamó “La Granja Azul”, cuya especialidad era solo “pollo a la brasa”. Un letrero en plena carretera central de los años 50 que decía “coma todo el pollo que quiera por 5 soles”, marcó el éxito del negocio desde el primer día.
Cabe mencionar que el nombre de “Granja Azul” se originó porque Roger efectivamente tenía una granja de pollos y la había pintado todo de azul intenso, debido a que un amigo se lo había recomendado, diciéndole que el color azul ahuyentaría a las molestas moscas que lo invadían.
Público de todo Lima llegaba a La Granja Azul montados en sus poderosas Camionetas para literalmente devorar los tiernitos pollos a la brasa. Este era el único restaurante de Lima donde su aristocracia se permitía comer con las manos, y dar rienda suelta a sus “jurásicos” apetitos, compitiendo por quién podía comer más pollos a la brasa en un solo almuerzo. La cuenta era gratis para quien batía el record, además de perennizar su nombre y foto en un lugar preferencial del restaurante.
Ese fue el inicio de todo este negocio. Los siguientes 5 años se abrirían no más de 10 nuevas pollerías en todo Lima. Su consumo era elítico en el precio y era un manjar de apenas almuerzos y generalmente sólo sábados.
El rotombo fue perfeccionado con motor, engranajes y cadenas para optimizar la producción, y al pollo que se vendía se le aumentó más tamaño que el originario, hasta llegar al clásico pollo a la brasa actual.
Gracias Roger por permitirnos tener el orgullo de decir: el pollo a la brasa es peruano… gracias Roger por haber creado el plato bandera de más consumo entre los peruanos y de éxito internacional.
Todos los 18 de julio venga a celebrar que ya tenemos “Día del Pollo a la Brasa”.

ACTIVIDADES
* RECONOZCA A LOS PRONOMBRES PERSONALES Y PARTÍCULAS PRONOMINALES QUE DIFERENCIA EN EL TEXTO ANTERIOR. LOS PERSONALES, SUBRÁYELOS; LAS PARTÍCULAS, ENCIÉRRELAS EN CÍRCULOS.

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