¿CÓMO ENTENDER NUESTRA MULTICULTURALIDAD?
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INFORMACIÓN TURÍSTICA
DESCUBRE PERÚ
Presencia milenaria
La cultura peruana es una y muchas al mismo tiempo. El peruano de hoy es heredero de costumbres y tradiciones de civilizaciones que florecieron por siglos antes de la llegada de los europeos. Y la mezcla que produjo ese contacto se enriqueció aún más con el aporte de africanos y asiáticos, que también echaron raíces en esta tierra. El resultado es una cultura que se conserva viva y que por ese motivo se reinventa día a día. El Perú es un encuentro entre lo antiguo y lo moderno, un lugar donde conviven el pasado y el presente. Y si le suena complicado, pues alégrese porque no lo es, la complejidad de la cultura peruana basa su encanto y originalidad en lo fácil que es entenderla.
CULTURAS VIVAS
Compartiendo experiencias
El sello distintivo del Perú es su cultura viva y no nos lo podemos perder. Ya sea participando en rituales antiquísimos como el pago a la tierra, dando una mano en las faenas agrícolas, formando parte de las comparsas en las fiestas, cabalgando sobre un caballo de paso o aprendiendo a bailar algún ritmo afroperuano o andino, déjese llevar, porque se va a sentir mejor que en casa. Por eso, el turismo vivencial resulta la mejor opción para gozar de la hospitalidad y el cariño de la
gente de un país donde habita la amistad.
CELEBRA PERÚ
Pueblo de festejantes y peregrinos
ARGUEDAS O TODAS LAS FORMAS DE VER AL PERÚ
La antropología peruana, por ejemplo, le debe mucho a José María Arguedas por los trabajos etnológicos y etnográficos que hizo sobre mitología prehispánica, música popular, folklore, el idioma quechua, la educación popular, historia y costumbres de pueblos andinos, hasta entonces ignorados por la visión “costeña” o centralista del que el Perú aún no puede despercudirse. Resultado de esas investigaciones están la revaloración de expresiones artísticas y rituales como “la danza de las tijeras” o la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria, de Puno.
Al mismo tiempo, el país le debe a Arguedas, una de las miradas, enfoques, puntos de vista más interesantes y sinceras que se tiene de la realidad peruana, no solamente de la etapa que a él le tocó vivir, sino de toda la historia de un país que ha crecido desgarrado por miradas y percepciones divergentes, por la permanente y violenta pugna de culturas y por un proceso de mestizaje muy complejo y de sincretismo cultural único (entendiendo sincretismo cultural como reinterpretación). Pero, tal vez, sea la emotiva manera de retratar el Perú, desde la artística contemplación literaria hasta la estricta percepción científica social, que defendió hasta el último instante de su vida, el mayor aporte que este sencillo hombre provinciano hizo a un país tan entreverado y heterogéneo, tan desangrado y humillado, tan rico y opulento, tan diverso y hermoso, tan sufrido, tan amado.
Sin embargo, así como fue querido y respetado, Arguedas sufrió el artero ataque de quienes no comprendieron, o no quisieron hacerlo, el fondo de su obra literaria y propuesta cultural, lo que terminó sumiéndolo en la depresión, la que ya era parte de su vida íntima desde que, de niño, tuvo que huir de la casa para refugiarse en una alejada hacienda andina para recibir amor. Su vida personal, esa historia interna que lo atormentaba, que fue inseparable de su expresión artística y científica, también tuvo que salir a flote durante su matrimonio, su desempeño como funcionario público, como docente escolar y universitario, como escritor y como amigo, para terminar de carcomer su espíritu que, como él mismo dijo, sobrevivía solo por amor al Perú.
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MULTICULTURALIDAD EN EL PERÚ
Hablar de multiculturalidad en un país como el nuestro es muy difícil y a la vez grandemente complejo. La enorme diversidad de culturas existentes en nuestro medio debido a la existencia de diferentes grupos étnicos- así como las diferentes lenguas y realidades de extrema complejidad, son producto del mestizaje que se ha desarrollado dentro del proceso histórico del Perú.
Según los historiadores, el Perú no ha logrado consolidar su identidad ni menos formarse incluso como una nación auténtica. La razón se encuentra en las profundas diferencias y desigualdades sociales producidas a través de la historia.
El imperio del Tawantinsuyo presentaba ya una serie de contradicciones sociales debido a las relaciones de dominación entre los Incas y los pueblos sojuzgados. La dominación española acrecentó estas diferencias sociales,las cuales propiciaron la aparición de una nación de blancos y otra de indios. Dentro del grupo dominado existen nuevas divisiones sociales, tales como los mestizos, los indios, los negros y las etnias amazónicas. Ante estos hechos existe un reto, conservar las culturas ancestrales que han sobrevivido a la dominación spañola o dejar que la globalización las anule por completo. En muchos casos lo que se globaliza son los elementos de la cultura dominante, no de la dominada, más aún aquello tiende a desaparecer.
Es por ello que es importante generar la identidad nacional, reconociendo y valorando la multiculturalidad existente. Aquello deberá servir para proyectarnos al mundo, globalizando nuestra cultura y no condenándola a la extinción.
DEFINICIONES
CULTURA
"Es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse, organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrínseco
a las culturas el encontrarse en un constante proceso de cambio."
INTERCULTURALIDAD
La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en situaciones de multiculturalidad. Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes culturas con quienes se interactúa. La interculturalidad no implica a priori el "saber manejarse bien o mal", sólo implica saber manejarse, pues una u otra alternativa específica dependerá de la política sobre interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos. Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común,estará implícitamente vigente. En este contexto, el prefijo inter no hace referencia sino a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el grupo humano.
LA PRÁCTICA DE LA INTERCULTURALIDAD
Las relaciones interculturales que se establecen entre los grupos humanos pueden ser armónicas, pero también pueden estar marcadas por desequilibrios que hacen que
dichas relaciones sean inequitativas y atentatorias contra el desarrollo mismo de los
grupos humanos. La discriminación peyorativa entre culturas es uno de los factores nefastos para las relaciones interculturales equitativas.
Estas discriminaciones pueden implicar conductas racistas,antidemocráticas,genocidas, etnocidas, etc.
Algunos estudiosos señalan la vigencia de una interculturalidad negativa, con relaciones que no contribuyen a una convivencia armónica entre las culturas y los grupos humanos.Frente a la interculturalidad negativa tenemos aquella que busca formas de relación que amplían el conocimiento cultural sobre los otros, para que las personas y los grupos humanos puedan desenvolverse creativamente y con tolerancia en su ambiente multicultural.
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¿EXISTE IDENTIDAD NACIONAL EN EL PERÚ?
Dicen las malas lenguas que al peruano le falta identidad nacional. Es un craso error porque todo ser humano como toda colectividad define siempre un modo de ser, un modo de pensar, de comportarse. No hay ser humano ni colectividad nacional sin rasgos propios, originales. Todo lo existente perfila, pues, una identidad. Tal vez lo correcto sea decir que la identidad es sólida o débil, feble, ambigua, malaguosa o fuerte.
¿A quién le falta identidad nacional en el Perú? Si entendemos ésta como el arraigo de nuestras raíces, historia, valores, la experiencia peruana revela a una sociedad, más bien, de identidades fuertes. ¿Podrá alguien decir que nuestros paisanos, los qosqorunas (Cuzco) no son claros y meridianos en su modo de ser? Si hasta el centro, el ombligo del mundo se sienten.
¿Habrá alguien tan miope que no encuentre solidez en los aymaras, los hombres de bronce? ¿Y qué decir de los huancas como de nuestros paisanos de Ayacucho o de Huancavelica, seguros de lo suyo pero desamparados tantas veces en nuestra historia patria? ¿Puede alguien ser tan despistado que encuentre falta de carácter, de temperamento nacional en nuestros campesinos cocaleros? Y si cambiamos de región, ¿acaso los chiclayanos, los piuranos, los tumbesinos, los huaracinos, los trujillanos o los hombres y mujeres de Iquitos no están escribiendo en los últimos tiempos y desde siempre páginas de lucha, de dignidad, de amor al terruño, a lo propio? Ni hablemos de los nacidos en la denominada República de Arequipa, los que a partir de su entronque histórico con el Cuzco y Puno configuraron hace varios siglos una región semi-independiente poco ligada a la capital, con mucha autonomía,circuitos comerciales propios, hasta tren regional y salida comercial hacia Bolivia como lo podemos encontrar en valiosos ensayos de Tito Flores Galindo y Baltaco Caravedo Molinari. Destaca además el orgullo de los chalacos y de todos los regionalismos.
¿Cómo ha podido difundirse esa monserga de falta de identidad del peruano cuando encontramos un tremendo potencial identitario? Lo que pasa es que la llamada identidad nacional no es una sumatoria de identidades múltiples. Sumando identidades regionales fuertes no resulta una identidad nacional fuerte, menos en un país que se caracteriza por tener una composición étnica muy heterogénea. ¿No serán los estamentos crio los los que no viven identificados con la historia patria y sus valores nacionales? Porque que sepamos son ellos los que han gobernado nuestro
país desde el grito libertario y han dado escasas muestras de solidez en sus proyectos políticos,en sus plataformas gubernamentales. ¿Dónde pues la debilidad, la falta no de identidad sino de patriotismo, de amor por lo nuestro y la venta fácil de nuestros recursos a los extranjeros? ¿Acaso no es desde Lima desde donde se ha dirigido el Perú a partir de 1532 y posteriormente a partir de 1821?
Tal vez en la regionalización y en el incipiente proceso de descentralización, se encuentre el camino para sacar adelante el país con su unidad y diversidad simultáneas.
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La peruanidad
Podemos considerar que la unidad de un país se basa en la diversidad de puntos en común que pueden tener sus habitantes. Cuanto mayor sea el número, habrá una cohesión más firme, con una mejor manera de relacionarse entre sí. Estos factores comunes están íntimamente ligados con los valores éticos, morales, culturales, étnicos, sociales,históricos y religiosos que comparte una población y generan su nacionalidad. La gran diversidad del Perú, en todos estos campos,hace aparentemente difícil articularlos para establecer lo que nos identifique como una sola nación. Sin embargo, los miles de años de historia que han escrito o transmitido verbalmente los peruanos nos permiten tejer ese hilo conductor al que llamamos peruanidad.
Este concepto está básicamente representado por un conjunto de símbolos cuya lista nunca va a ser completa ni oficial. Es apenas una selección y, como tal, arbitraria- de algunas de las principales imágenes ligadas con el trabajo,la naturaleza, la historia, las costumbres y las creencias de los peruanos. A estas representaciones concretas se suman aquellas intangibles, las que están dentro del imaginario popular. Éstas nos permiten lograr una mejor identificación con las raíces más profundas de nuestra idiosincracia. Además permiten que tengamos una voz propia y singular,una personalidad social, que nos distingue de los demás habitantes del planeta.Sin embargo, los símbolos -salvo los formales, como nuestros himno y bandera no se escogen de antemano, sino que deben cuajar y ser funcionales en un espectro bastante amplio de la sociedad. ¿Qué hace que de tantos platos sea el cebiche el más distintivo de peruanidad? ¿Y por qué de las múltiples danzas el huayno y la marinera se asocian más con nuestra identidad? Un país sin pasado, o que no rescate su pasado, es un país sin futuro, pues no tiene dónde reflejarse.
Y el Perú, a pesar de los numerosos problemas que sufre y ha sufrido, tiene todavía
una memoria sólida. Ni la conquista ha hecho olvidar a Pachacútec, ni la independencia a la tapada limeña. Ahora, la manera como nosotros nos vemos no es necesariamente la manera como nos ven en el exterior. Y eso también forma parte de nuestro mosaico simbólico,aunque no sean conceptos que manejemos cotidianamente. Por ejemplo, la expresión internacionalmente difundida "Vale un Perú" alude a toda una mitología creada en torno al oro -imaginario y real- de los Incas.
Este tipo de afirmaciones apelan a un pasado grandioso, pero no reflejan que el Perú siga buscando internamente más elementos que cohesionen su identidad, su peruanidad. El surgimiento de nuevos símbolos que representen los valores comunes de nuestros pueblos,conscientes de una realidad pluricultural,nos permitirá avanzar juntos hacia un futuro común.
La diversidad cultural
Pocos países como el Perú pueden exhibir el variado resultado cultural de un constante mestizaje gracias a la adaptación de numerosas razas, lenguas y culturas provenientes de las geografías más diversas de la Tierra, ya que por múltiples razones nuestro país ha recibido, durante su historia, a tres principales grupos de migrantes provenientes de África, China y Japón, que han aportado lo suyo a la peruanidad. Los idiomas oficiales son el castellano (que domina el 75% de la población) y el quechua, considerándose también el idioma aymara, de uso muy difundido en el sur del Altiplano. Además, se debe tener muy en cuenta las más de 55 lenguas amazónicas con las que se comunican igual número de tribus. La lengua es la más clara representación de nuestro mosaico cultural.El Perú es el país de "todas las sangres", aunque la presencia indígena es muy fuerte. Y no sólo en la zona andina, sino también en la Amazonía, con numerosas familias étnicas con un perfil propio (asháninkas, aguarunas,machiguengas y otras). Cada grupo étnico -incluyendo a los negros, blancos y mestizos tiene sus propios mitos y una particular cosmovisión. Pero no todo es estático; hay un proceso de cambio cultural que afecta a las poblaciones indígenas expuestas a la influencia de la urbe y los valores occidentales.
Es un nuevo mestizaje, que genera su propia dinámica y sus propios códigos, los que mantienen en constante modificación a nuestra sociedad. (Copyright 2002 Empresa Editora El Comercio S.A.)